Ante todo, mucha calma… y buena cerveza
Vivimos tiempos revueltos:
Temporales económicos y climatológicos,
aparecen como nubarrones
en el horizonte.
Pero todo es según del color del cristal
con que se mira, y visto a través
de los dorados o cobrizos
de una copa de cerveza
el panorama resulta alentador.
Durante la turbulenta Edad Media
las abadías se convirtieron en centros
de resistencia a las adversidades.
En esos espacios de calma
y reflexión, frailes y abadesas
preservaron el conocimiento
y cultivaron la salud…
¡con ayuda de la cerveza!
Vestigios de aquellos tiempos
de sabiduría cervecera,
de Santa Hildegarda de Bingen,
San Arnoldo o San Patricio
son las cervezas trapenses y de abadía.
Muchos de esos milagros
siguen vivos en nuestro catálogo:
Orval, Rochefort, Achel, Westmalle,
Chimay, La Trappe, Zundert,
Charles Quint, Maredsous,
Saint Sebastiaan…
En Fassbiere somos, desde siempre,
fieles a esa tradición cervecera
y la rendimos homenaje en nuestra
Te Deum.
Porque las cosas, tomadas
con calma y con cerveza,
siempre pintan mejor.